Entendiendo el diseño gráfico como una disciplina que ayuda a construir imaginarios colectivos, mi práctica reflexiona desde una perspectiva de género estudiando distintas formas de resistencia en este campo. En su praxis investiga referencias de mujeres invisibilizadas en la historia del diseño gráfico situándolas en un primer plano y poniendo en valor otras metodologías desde los márgenes. Además, explora las posibilidades de la ocupación del espacio como estrategia de reivindicación con la intención de desarrollar un diálogo relacional con el público. Para ello, me sirvo de medios como la serigrafía, la instalación o la escultura.
Los aportes teóricos de Cheryl Buckley, Sheila Levrant o Monique Wittig son algunos de los que parto en mi trabajo.